Capítulo
tres:
La luz del móvil
se encendió y la melodía del despertador no tardó mucho en sonar a todo
volumen, provocándome un casi paro cardíaco instantáneo.
Cogí el aparato de mala gana y apagué la alarma.
Tenía un mensaje en mi bandeja de entrada, seguramente la respuesta de mi mejor amigo a mi queja de ayer noche.
‘’ Harry:
Se
me escapó ese pequeño detalle, pensaba que ya le habrías contado a tu madre,
bueno, piensa que te he ahorrado faena ;)
Te quiero,
dulces sueños Xx ‘’
¿Qué clase de respuesta era esa? Pensé enfadada ¡Al
menos podría pedir disculpas! Suspiré sonoramente deseando matar a mi amigo,
pero finalmente sonreí, Harry no tendría solución ni aunque lo moliera a
golpes.
Miré la hora en el móvil, eran las siete de la mañana y
tenía que asistir a lo que era la última semana de clases. Todo y que dentro de
poco hacía el examen de acceso a la universidad, aún no había acabado el último
año de bachillerato (o preparatoria).
Me estiré con pereza, saqué las mantas de encima de mí y
me levanté de la cama.
Ahora empezaba la peor lucha que una puede tener en la mañana: ¿Qué me pongo? Pero hoy, como estaba sin ganas de pensar y me sentía vaga, cogí lo primero que encontré, me hice un moño y me maquillé lo mínimo, un poco de rímel y lápiz de ojos negro.
Ahora empezaba la peor lucha que una puede tener en la mañana: ¿Qué me pongo? Pero hoy, como estaba sin ganas de pensar y me sentía vaga, cogí lo primero que encontré, me hice un moño y me maquillé lo mínimo, un poco de rímel y lápiz de ojos negro.
-¿Quieres uno? – Nada más acabar de ‘’arreglarme’’, bajé
a desayunar y me encontré con Sofía sirviéndose un vaso de leche.
-¡Sip! ¡Con dos de colacao! Mientras yo haré las
tostadas –Cogí el paquete de pan sin corteza y fui al otro lado de la concina,
donde estaba la tostadora. Mientras el pan se tostaba, fui a buscar dos platos
para colocar las tostadas, y cogí la mantequilla y la mermelada para dejarlas
en la mesa.
-¿Estudiarás esta tarde? –Sofía dejó mi vaso de leche en
la mesa, junto a mí, y se sentó en la silla de enfrente. Mordí mi tostada antes
de contestar a su pregunta.
-No, hoy he decidido darme la tarde libre, ¿Por? –
Pregunté yo ahora curiosa.
-No, por nada –Dijo bebiendo de su vaso de leche. –Entonces,
¿No estarás en casa?
-No, iré a ver a Ash –La miré confundida. – ¿A qué viene
esa pregunta?
-Curiosidad –Contestó ella alzando los hombros para
restar importancia al asunto. Iba a replicarle algo, seguir preguntado, pero el
timbre de casa sonó, indicando que Harry ya había llegado y que era hora de ir
clases.
Le di una última mirada sospechosa a mi hermana antes de
coger mi mochila i dirigirme hacia la puerta. – Sofía ya me voy, luego me cuentas
eh.
-Adiós, diviértete en clase de matemáticas –Esquivó ella
el tema, ignorando mi petición de que me explicara su extraño comportamiento.
Escuché su risa antes de salir y cerrar la puerta.
♥♪
Abrí la taquilla y pasé indecisa la mano por todos los
libros – mmmm… ¿Qué toca ahora? –Pregunté mirando a Harry al no saber qué libro
debía coger.
Él abrió su carpeta para mirar el horario escolar. Yo,
tan desastre que soy, había perdido el mío hacía meses- Economía –Contestó él
poniendo cara de fastidio.
-Genial –Susurré adelantando ya el sentimiento de
aburrimiento que me inundaría el cuerpo al llegar a clase. Suspiré y cogí el
gran libro de tapa lila en el que ponía en letras grandes ‘’Economía de la
empresa’’. Simplemente el título ya daba ganas de dormir.
Nos dirigíamos a clase, iba caminando tranquilamente hablando
con Harry y, sin yo desearlo, tropecé con Luke, Luke Hemmings.
¿Sabes ese tipo de chico que todas creen hermoso y él
pasa de ellas? Pues éste es peor, es considerado algo así como el hijo secreto
de Brad Pitt.
Su mote es ‘’El Príncipe del hielo’’ y no, no es porque
practique algún deporte relacionado con ese tema, simplemente es un chaval
solitario y frío, que por lo visto para las chicas huecas es ‘’cool’’, pero,
para mí, es un anti-social como otro cualquiera.
-Ten cuidado –Dijo secamente sin ni siquiera mirarme a
la cara. ¿Tan inferior soy para él que ni me mira o qué?
-Perdona, no es como si tropezara contigo por placer –Le
contesté de mala manera y, al pasar de largo y alejarnos de él, Harry empezó a
reír. -¿Qué te entra? –Quise saber.
-No, nada –Respondió el aún con la sonrisa en los
labios. –Simplemente me hace gracia que no caigas en los encantos de ‘’El
Príncipe del hielo’’.
-Idiota –Reí y le di un golpecito amistoso en la cabeza
– Ya sabes que amo a Ash, no puedo pensar en nadie más, ni siquiera en un
príncipe.
Harry hizo una mueca extraña antes de volver a poner su
típica sonrisa radiante y despreocupada. –Cierto, lo había olvidado.
La clase de economía pasó lenta y aburrida, igual que
las tres siguientes, y cuando pensaba que estaba a punto de morir de la tortura
que era la clase de matemáticas, el timbre sonó cantando el himno de mi
libertad.
Harry y yo fuimos los primeros en recoger rápidamente
todo el material que teníamos en la mesa para salir escopeteados al patio del
instituto, ¿Ganas de salir de clase? ¿Nosotros dos? ¡Que vaaaaa!
Ya en el recreo como cada día nos reunimos con Ana y fuimos a comer nuestro
desayuno a la sombra de un gran árbol. Era nuestro lugar preferido puesto que
quedaba un poco aislado de donde se solía situar el resto de alumnos y gracias
a ello podíamos hablar sin ser interrumpidos y sin que un balón nos aterrizara
accidentalmente en la cara.
-¿Qué tal las clases? –Como Ana era un año menor que
nosotros no coincidíamos en clase, toda una pena ya que ella era una de mis mejores
amigas. Eso quería decir que, en las horas escolares, solo podía estar con ella
en la hora del recreo.
-Igual de aburridas que siempre –Contestó Harry
suspirando exageradamente.
-Y más ahora que están todos nerviosos por la proximidad
de los exámenes de ingreso a la universidad –Añadí yo al comentario de Harry.
-Sí, es un infierno –Acabó de completar Harry mi pensamiento
– Pero yo no quiero ir a la universidad, yo quiero ser músico, un músico sexy y
deseable –Empezó a alzar las cejas de manera divertida.
-Sexy y deseable ya lo eres Harry –Lo alagó Ana entre
risas a lo que Harry le sonrió galanamente, luego giró la cabeza hacia mí.
-¿Tu no piensas alagarme? –Me preguntó cambiando su
actitud de ‘’chico cañón’’ a ‘’bebé llorón’’. Haciendo un puchero infantil sacó
morritos esperando deseoso que bonitas palabras sobre él salieran de mi boca.
-No, paso, que luego se te sube mucho a la cabeza –Le
saqué la lengua para hacerle rabiar, y cuando él me contestó ‘’boba’’ yo lo
ataqué con un ‘’idiota no deseable’’.
El recreo finalizó, y el mismo timbre que antes era mi
salvador ahora mismo me volvía a encerrar entre esas cuatro paredes que
conformaban mi tortura. ¡Verano llega ya!
Al finalizar las clases, que para mí fue una eternidad, me
dirigí directamente a casa de Ashton. Quería darle una sorpresa y que comiéramos
juntos, ya que seguramente se sentiría solo porque ni sus padres ni su hermano
estaban en casa, los adultos habían tenido que viajar por trabajo y habían dejado
al pequeño con la abuela.
Llegué a su casa, piqué a la puerta y esperé a que Ash abriera para saltar a sus brazos.
Llegué a su casa, piqué a la puerta y esperé a que Ash abriera para saltar a sus brazos.
Casi se me hizo eterna la espera hasta que por fin la puerta
se abrió. Debo admitir que se me calló el alma al suelo cuando vi que la
persona que abría no era mi novio, sino una chica que no había visto en mi
vida. Pero ese no era ni de lejos el problema, el caso es que, la chica que
estaba en casa de MI novio, cubría simplemente su mojado cuerpo con una diminuta
toalla.
¡Holaa! ¿Qué tal?
Espero que os haya gustado el capítulo.
Podéis comentar, que no muerdo, ni ataco, ni nada, siento que nadie me lee, bueeh, aunque nadie lea no dejaré de escribir :)
¡Besos y que 1D y 5SOS esten siempre en vuestra mente! :)
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